La diabetes puede ocasionar problemas de salud graves.
Hemos distinguido entre complicaciones agudas en referencia a aquellas que tienen una duración de tiempo determinada y solucionables en corto período de tiempo y crónicas cómo aquellas complicaciones que pueden aparecer a largo plazo.
Agudas
Hipoglucemia
La hipoglucemia es cuando tenemos el nivel de azúcar por debajo de 70mg/dl en sangre, y es la complicación aguda más frecuente.
Las síntomas de la hipoglucemia han de ser tenidos en cuenta ya que nos indican su aparición. En cada persona pueden ser diferentes y es importante conocer los síntomas propios. Los síntomas ocurren rápido y suelen ser:
- sudoración y/o escalofríos
- mareo o vértigo
- inestabilidad
- visión borrosa
- somnolencia
- dificultad de coordinación
- debilidad
- ira o tristeza
- entumecimiento de labios o lengua
- hambre o náusea
Si no se tienen en cuenta y se soluciona la hipoglucemia se puede entrar en hipoglucemia severa pudiendo llegar a perder el conocimiento y convulsionar.
Para solventar una hipoglucemia NO severa en ADULTOS hay que aplicar la regla del 15 x 15.
La Regla del 15 x 15 consiste en comer 15 gramos de carbohidratos de absorción rápida y esperar 15 minutos.
Los carbohidratos que se tomaran serán : azúcar (1 cucharada), tabletas de glucosa, media taza de zumo de frutas o refresco azucarado. Se ha de esperar a que pasen 15 minutos para que los carbohidratos realicen su función. Si la glucemia capilar no ha mejorado ha de repetir la toma de 15 gramos de carbohidratos y volver a esperar los 15 minutos. Una vez la glucemia capilar haya alcanzado un rango seguro se deberá tomar 1 ración de hidratos de absorción lenta como 2 galletas María o 20 gramos de pan.
En NIÑOS la regla del 15 x 15 se debe adaptar. Es posible que con niños menores haya que adaptar los gramos de hidratos de carbono de absorción rápida que se necesiten para remontar una hipoglucemia.
En caso de hipoglucemia severa nunca hay que intentar solucionar la hipoglucemia haciendo deglutir al paciente, ya que hay un gran peligro de ahogo. En caso de que la persona con diabetes se encuentre inconsciente hay que inyectar el glucagón.
Los pacientes con diabetes siempre han de disponer en su casa, lugar de trabajo o vacaciones un quit de glucagón a mano.
Hiperglucemia
Nos referimos a una hiperglucemia cuando el valor de glucosa en sangre es superior a 250 mg/ml. Esta situación puede desencadenar en alteraciones más complejas a corto plazo como deshidratación y cetosis.
Los síntomas de la hiperglucemia son el aumento de la sed, de la necesidad de orinar y el agotamiento.
Cetosis y cetoacidosis diabética
La cetosis y la cetoacidosis diabéticas constituyen dos modalidades de complicaciones agudas debidas a un déficit de insulina más o menos grave.
La cetosis constituye un cuadro clínico caracterizado por la presencia de cuerpos cetónicos en orina sin alteración del equilibrio ácido base y con un pH sanguíneo normal.
Causas de la cetosis:
- Aporte insuficiente de hidratos de carbono
- Déficit de insulina
Si la cetonuria es consecuencia de un déficit de hidratos de carbono, cetonuria positiva y glucemia baja, el cuadro se resolverá aumentando el aporte y realizando una dieta correcta. Esta situación puede presentarse tanto en personas con diabetes como sin diabetes.
Si la cetonuria es consecuencia de un déficit de insulina y va acompañada de hiperglucemia y glucosuria intensa, nos hallamos ante una cetosis diabética. Esta se produce cuando una persona con diabetes no dispone de suficiente insulina en el cuerpo, presentando una hiperglucemia moderada o alta mantenida en el tiempo. La insulina es la llave que hace que el azúcar pueda entrar dentro de nuestras células. Si el azúcar no puede entrar dentro de las células por la escasez de insulina, se queda en el torrente sanguíneo y el cuerpo empezará a usar las grasas como fuente de energía, lo que hará que se produzcan cuerpos cetónicos, tóxicos para el organismo que, si no se tratan, alteran el PH de la sangre, pudiendo, si no se corrige, llegar a poner en riesgo nuestra vida.
Prevenir la cetosis diabética: La cetosis constituye el preámbulo de la cetoacidosis, de ahí la importancia de que la persona con diabetes identifique y trate adecuada y rápidamente el cuadro de cetosis. Para ello debe:
- Conocer los factores de riesgo
- Comprobar si existe cetonuria cuando la glucemia sea superior a 280 mg/dl
Aplicar correctamente el protocolo de hiperglucemia y cetonuria positiva o, en su defecto, acudir al centro de salud. La mayor parte de estos episodios se solucionan en casa, si la persona con diabetes tiene los conocimientos y capacidades necesarias.
Los síntomas de la cetoacidosis son:
- Cansancio
- Aliento olor a fruta
- Piel seca o enrojecida
- Náuseas y/o vómitos
- Dificultad para respirar
- Confusión
Las personas con diabetes deben saber medir la acetona en orina o sangre ya que la cetoacidosis es grave y peligrosa.
Para solucionar una cetoacidosis diabética es necesario acudir al servicio de urgencias.
Crónicas
Alteraciones vasculares
- Microangiopáticas: se debe a un daño progresivo de los capilares y afecta a dos lechos vasculares: retina y riñon. Evoluciona poco a poco.
- Retinopatía: La retinopatía diabética es una complicación ocular de la diabetes causada por el deterioro progresivo de los vasos sanguíneos que irrigan la retina y que puede dar lugar a una serie de complicaciones que derivan en la perdida de la visión.
- Nefropatía: El azúcar elevado en sangre es nefrotóxico produciendo daño en las nefronas de los riñones ya que estas se engruesan y dejan pasar proteína a la orina. El diagnostico precoz es fundamental para mantener la función renal a largo plazo
- Neuropatía: Es el daño que sufren los nervios o los vasos sanguíneos que transportan el oxigeno a los nervios. Ese daño producido provoca que los nervios dejen de enviar mensajes o que envíen las señales nerviosas en momentos equivocados y los síntomas dependerán de los nervios afectados. Puede producirse en las extremidades (hormigueo), a nivel digestivo (dificultades en la digestión), a nivel cardíaco (mareos y taquicardias) y a nivel genito-urinario (disfunción sexual, problemas urinarios)
Pie diabético
Es una alteración que aparece por la afectación de los nervios e inducida por el azúcar alto, con o sin la falta de riego sanguíneo, y previo desencadenante traumático, produce lesión y/o ulceración del pie.
Las causas de las lesiones en el pie diabético son la alteración nerviosa (neuropatía periférica) y la falta de riego sanguíneo (vasculopatía).
La alteración nerviosa ocasiona perdida de sensibilidad en el pie, perdiendo la sensación de dolor en él.
La falta de riego sanguíneo hace que las lesiones tarden en curar.
Consideraciones para PREVENIR el PIE DIABETICO:
- Inspeccionar a diario los pies: observar si tienen manchas, cambio del color de la piel, durezas, rozaduras o alteraciones en el espacio entre los dedos de los pies.
- Hidratar los pies tras el lavado y secado oportuno con crema con urea, evitando aplicar crema en los espacios entre los dedos
- Utilizar calzado cómodo e inspeccionar los zapatos antes de ponérselos
- Cambiar los calcetines diariamente
- Usar calcetines preferiblemente de fibras no sintéticas, sin costuras y que no aprieten
- No caminar descalzo
- No utilizar agua o almohadillas eléctricas para calentar los pies
- Limar las uñas con especial atención con los bordes y sin apurar el corte. No usar cortauñas y tijeras.
- Lavar los pies con agua no muy caliente y jabón a diario y secarlos muy bien entre los dedos
- Visitar un podólogo si descubrimos callosidades
Periodontitis
Es la infección e inflamación desde las encías hasta los ligamentos y el hueso produciendo la movilidad de los dientes y pudiendo llevar a su pérdida.
La periodontitis y la diabetes tienen una relación bidireccional importante y deben controlarse de forma conjunta, ya que siendo una patología infecciosa altera el estado endocrino.
Por lo tanto, es muy importante una buena limpieza bucal y un control de cualquiera de los signos de alarma de la existencia de problemas en las encías.
El principal signo de alerta es el enrojecimiento de la encía con sangrado o inflamación. Otros síntomas son el mal sabor de boca, hipersensibilidad al frío, mal aliento (halitosis), recesión de las encías (dientes más largos), pus en las encías y movilidad o separación en los dientes.
Ante cualquier síntoma de alerta ha de acudir a un dentista/periodoncista para la evaluación de su boca.
Es muy importante mantener una boca limpia y sana, con los cepillados correspondientes y las limpiezas de su boca una vez al año por su profesional.